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Protejan la enseñanza

por Jack Spender

De todos los deberes de los ancianos, no hay otro más importante que alimentar al rebaño, es decir, la continua instrucción de los creyentes en las Escrituras. Tanto Pablo como Pedro dan fuertes exhortaciones específicamente a los ancianos tocante a esta gran responsabilidad. Una rápida consideración de algunos pasajes del Nuevo Testamento mostrará por qué esta obra es tal vital para la salud espiritual de cualquier iglesia.

En Lucas 24: 32 leemos que ardía el corazón en los discípulos cuando el Señor les abrió las Escrituras. En John 17: 17 el Señor Jesús oró que Sus discípulos fueran santificados por la Verdad de la Palabra de Dios. En los primeros capítulos de Hechos, vemos una relación directa entre el aumento de la influencia de la Palabra, y el crecimiento de la iglesia. En Romanos 10: 17 aprendemos que la fe viene por la Palabra de Dios. Pedro escribe que jóvenes cristianos necesitan la leche de la Palabra para poder crecer (1 Pedro 2: 3). Hay muchos más ejemplos. En el Antiguo Testamento, diversos pasajes de Salmos y Proverbios resaltan el valor de la Palabra de Dios para la exhortación y consuelo de Su pueblo.

Enseñanza en la iglesia

Hay muchas maneras diferentes para presentar la Palabra de Dios en la vida de la iglesia: en consejería, en pequeños grupos, uno a uno, etc. Probablemente el tiempo más importante es la predicación a toda la asamblea. La enseñanza y la predicación de la Biblia con el poder y autoridad del Espíritu Santo edifica espiritualmente a los creyentes, refuta el error doctrinal, y capacita a la iglesia para crecer saludable y vigorosa, y también en tamaño. Por Hechos 2: 42 sabemos que esta fue una prioridad para los primeros cristianos, algo en lo cual perseveraban fielmente. Por lo tanto, los ancianos de la asamblea son los responsables de proteger este espacio contra todo lo que pueda entrometerse para debilitarlo. En primer lugar, consideremos unos peligros, y luego exploremos algunas de las características del ministerio que edifica.

Sean vigilantes

La reunión de enseñanza para la iglesia es un tiempo para escuchar la voz de Dios, tanto para cada individuo como para la iglesia entera. No es un tiempo para compartir un punto de vista particular. Bajo circunstancias normales, no debe ser un tiempo de práctica para predicadores jóvenes; hay muchas oportunidades para esto en la vida de la iglesia. Casualmente, cuando hacemos referencia a Hechos 2: 42, a menudo abreviamos la lista a “enseñanza, comunión, partimiento de pan y oraciones”, pero la primera cosa es la “doctrina de los apóstoles”. Nunca olvidemos la conexión histórica entre los apóstoles originales de Cristo quienes fueron inspirados a escribir la Palabra de Dios, y nuestras propias Biblias, de las cuales recibimos instrucción espiritual y alimento que anima y convence porque tiene autoridad (2 Tim. 3: 16-17).

Además, la hora de enseñanza no es un tiempo para diversión, chistes, cuentos de experiencias o viajes del predicador, (aunque algunas ilustraciones ocasionales pueden ser de ayuda). Los siervos de Dios no son artistas, y este ministerio tampoco va dirigido a una audiencia mixta. La instrucción es “alimentar al rebaño de Dios”. Algunos grupos hoy pasan por alto el mandamiento de ir y predicar el evangelio a todo el mundo. En cambio, tratan de atraer al mundo a la iglesia usando toda clase de estrategias para lograrlo, haciendo que la enseñanza sea poco profunda porque es posible que los que son nuevos en la iglesia “no entiendan ni lo disfruten”. Pero si estudiamos las palabras introductorias de cada epístola, descubriremos que los apóstoles nunca se dirigieron a la iglesia como un grupo mixto. Es verdad que en nuestras reuniones puede haber inconversos, pero ellos están escuchando la función más crucial de la familia espiritual de Dios.

Con el tiempo, la exposición de la Palabra debe dar al pueblo de Dios todo el consejo de Dios. Esto se puede lograr con mayor eficacia mediante una enseñanza consecutiva, sistemática y expositiva. Los creyentes deberán tener un entendimiento básico de los libros más extensos de la Biblia, así como también de los más cortos; del Antiguo Testamento como también del Nuevo Testamento. Los estudios temáticos extraídos del contexto más amplio son populares, pero no hay nada como la exposición cuidadosa y paciente de un libro entero de la Biblia, versículo por versículo, para edificar a la iglesia. ¿Durante la semana, hay tiempo para hablar del mensaje dado el domingo? ¡Debe haberlo! Los grupos pequeños que se congregan en hogares pueden ser de ayuda para esto.

Los maestros de la Biblia tienen estilos diferentes, y hay lugar para una amplia variedad de maneras de comunicar que edifican, pero nunca olvidemos que el poder para cambiar vidas viene por el Espíritu Santo y la Palabra, ¡no de los esfuerzos dramáticos o emocionales del predicador!

Otro asunto importante que a menudo se pasa por alto es el hecho de que muchas personas hoy sólo prestan atención por corto tiempo. Se debe pensar en usar los primeros 30 o 40 minutos de la hora de predicación bíblica para proveer la mejor concentración. Anuncios, oración, música especial, canciones, etc., tienen su lugar, pero es sabio asegurar que demos tiempo adecuado a la predicación de la Palabra.

Los ancianos deben asegurarse de tener en el púlpito a hombres que presenten un mensaje claro y relevante de parte del Señor, en vez de tener a predicadores que simplemente tenían las fechas disponibles en sus calendarios. ¡La preparación de buena comida para el rebaño es arduo trabajo! Pablo escribe del honor que se debe dar a los que “trabajan en predicar y enseñar” (1 Tim. 5: 17).

Pero ¿qué provecho hay de todo el cuidado si no hay personas presentes para escuchar la Palabra, o que se distraen con otras “cosas buenas”? Los ancianos pueden hacer mucho por animar a la fiel asistencia. ¿Algunos se ausentan después de la cena del Señor? ¿No están presentes porque tienen otras responsabilidades? En algunas asambleas, todos los jóvenes con sus maestros no están presentes a la hora de la enseñanza.

Lo principal

¡En todo lo anterior, nunca olvidemos que tenemos un gran adversario que está total y eternamente en contra de la Palabra de Dios! Si no puede usar cosas malas para debilitar la eficacia de la hora de la enseñanza de la Palabra en la iglesia, usará cosas buenas.

Para los ancianos nada es más importante que proteger la calidad de la enseñanza para el rebaño. Pero el galardón para esta vigilancia constante será vigor espiritual en esta vida, y la corona de gloria en el cielo (1 Pedro 5.4).

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Adaptado de APA

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