Todos hemos escuchado el antiguo dicho, “El tiempo vuela”, pero algunas etapas en la vida realmente hacen que esa verdad particularmente cobre vida, por ejemplo, el jubilarse o la partida a la patria celestial de fieles ancianos de la iglesia. ¿Recuerda a esos “niños pequeños” que siempre estaban corriendo por la iglesia y ahora súbitamente se están casando y teniendo bebés?

¿Podríamos estar viendo en ellos futuros ancianos en formación? ¡Tal vez nos demos cuenta de que el equipo de liderazgo en la asamblea se está reduciendo, y no hemos pensado mucho en los reemplazos! ¿Dónde encontraremos hombres que deseen la “buena obra” de liderar en la iglesia? (1 Timoteo 3:1).

Comencemos con una nota alentadora… Pensemos en el sabio plan de Dios para el liderazgo en la iglesia del Nuevo Testamento. Qué bendición es ver (y promover) la verdad del liderazgo plural de ancianos; la seguridad en una multitud de consejeros (Proverbios 11:14); el alcance más amplio de los dones espirituales disponibles; y la alimentación del rebaño desde una amplia gama de experiencias y perspectivas piadosas. Agregue a esto el hecho de que la mayoría de las iglesias denominacionales importan nuevos líderes de afuera, pero la asamblea busca el reemplazo de sus líderes dentro de la obra local, que conocen a las personas y han estado involucrados todo el tiempo. Y finalmente, cuando un hombre se aleja de la tarea o es ascendido a la gloria, no provoca una crisis causada por un vacío repentino; los otros ancianos continúan y otros se suman al grupo de manera calmada y ordenada. ¡El diseño de Dios es siempre el mejor!

La obra de Dios y la responsabilidad humana

Por supuesto, una parte de este diseño es la responsabilidad humana. Cuando Pablo le dijo a Tito que estableciese “ancianos en cada ciudad” (Tito 1:5), entendemos que esa es la voluntad de Dios con respecto al liderazgo de la iglesia a lo largo de la historia. Y sus listas de las cualidades para los ancianos hablan de nuestra responsabilidad de usar el discernimiento. Sí, Dios proveerá los hombres, y el Espíritu Santo les dará el deseo de servir, pero la iglesia debe velar, orar y luego dar reconocimiento público a lo que el Señor está formando. El error viene cuando nos entrometemos en las áreas de competencia de Dios como el “llamado”, y cuando dejamos de hacer nuestra parte, como el no reconocer la mano de Dios obrando entre nosotros.

Es reconfortante para los ancianos ver a hombres más jóvenes que pueden asumir la tarea a la que han dedicado sus vidas, y es un gran desaliento cuando parece que la asamblea pueda llegar a cerrar sus puertas por falta de hombres que lideren. Las razones son complejas y Dios es el Juez, pero algo muy común es que se han descuidado o ignorado los principios bíblicos importantes. Uno de ellos es la capacitación y preparación de los jóvenes.

¡Piensa en cuánto del Nuevo Testamento está dedicado a entrenar a la siguiente generación, como se ve en el trabajo del Señor con Sus discípulos, o en las instrucciones a Timoteo y Tito en las epístolas!  No tenemos excusa para simplemente “dejar que la naturaleza siga su curso”.

Con eso en mente, mencionemos brevemente algunas de las cosas que se pueden hacer para preparar una transición de liderazgo saludable. No pensemos en esto como “reglas”, sino como sugerencias para considerar y quizás dialogar con otros.

Preparativos para transferir el liderazgo

Comiencen temprano:

Dialoguen sobre las necesidades y oren juntos al respecto. Hágales saber a los santos que, como líderes, el tema está presente en sus corazones. Los respetarán por esto. A menudo, una congregación tarda años en reconocer la creciente participación de los hombres más jóvenes y, como sabemos, ¡“el tiempo vuela”!

Analicen un plan viable:

Estén dispuestos a ser enseñados. Hay muchos ejemplos de transición de liderazgo en la Biblia; algunos buenos y otros no, pero se pueden encontrar principios útiles ya que el Señor consideró apropiado incluir estos registros en Su Palabra. Los libros de escritores piadosos que entienden la iglesia a menudo contienen sugerencias útiles. También, las conferencias cristianas son una oportunidad de interactuar con otros que ya han aprendido lecciones y han experimentado bendiciones sobre estos temas. ¿Por qué reinventar la rueda?

Desarrollen un equipo basado en el amor:

Si no han estado tomando en serio el mandato en Hechos 20:28, “Mirad por vosotros, y por todo el rebaño…” este es un buen momento para empezar. Dediquen unos minutos al comienzo de una reunión de ancianos para verificar las necesidades especiales o las cargas dentro del equipo y orar unos por otros, esto no tomará mucho tiempo y puede generar grandes dividendos.

Mantengan una carga de trabajo razonable:

¿Han aprendido los ancianos actuales las lecciones de Éxodo 18 y Hechos 6 sobre la salvaguarda de prioridades delegando necesidades menores a otros, como los diáconos, líderes de grupos pequeños, santos talentosos, jóvenes en formación, etc.? Es bueno invitar a un hombre más joven a sentarse en la reunión de ancianos, pero asegúrese de establecer un límite de tiempo para ello (por ejemplo, unos meses o hasta el final del año) y ser claros que no están “haciendo ancianos” sino que están siguiendo el mandato bíblico de que los mayores entrenen a los más jóvenes. Recuerden que los jóvenes de la asamblea están observando cómo trabajan los ancianos. Las reuniones de ancianos ¿son estresantes, terminan muy tarde y los ancianos están demasiado ocupados combatiendo pequeños incendios como para cuidarse unos a otros, o pasar tiempo en la Palabra y la oración? ¿Quién desearía unirse a un grupo así?

Utilicen la terminología bíblica

Los jóvenes y los nuevos en la asamblea pueden confundirse con  la jerga no bíblica propia del ambiente de los “hermanos” , por lo que es importante ser precisos en nuestras comunicaciones. Cuando los nuevos ancianos son reconocidos públicamente, estamos reconociendo (1 Tesalonicenses 5:12) la obra del Espíritu Santo en constituir ancianos (Hechos 20:28). No los estamos votando ni dándoles autoridad para servir. Recuerde que “anciano” y “sobreveedor” describen a un hombre espiritualmente maduro. “Pastor”, por otra parte, es un don espiritual que se puede recibir en el momento de la salvación. La asamblea tiene múltiples pastores (creyentes dotados), pero ninguno llamado “El Pastor”. En todo el Nuevo Testamento, sólo Uno es llamado Pastor; ver 1 Pedro 2:25 y Juan 10:16.

Efectúen las transiciones en maneras oportunas:

¿Los ancianos que ya no pueden servir debido a su edad, o por problemas de salud, o enfrentan serias limitaciones personales o familiares, están humildemente dispuestos a “pasar el testigo” o están aferrados a conservar el título y la posición? ¿Aquellos que ya no pueden hacer el trabajo, son honrados durante los últimos años de servicio, y son consultados adecuadamente acerca de los problemas difíciles que enfrentan los ancianos existentes?

En resumen, este tema es solo otra manera en la cual podemos mostrar nuestra fe por nuestras obras (Santiago 2:18). Los viajes largos y las decisiones importantes suelen comenzar con un primer paso. Demos ese paso, convencidos de que el Señor bendecirá todo esfuerzo honesto si lo reconocemos y no nos apoyamos en nuestra propia prudencia. Véase Proverbios 3:5.

Sí, el tiempo vuela y no podemos reducir su velocidad, pero podemos redimirlo (Efesios 5:16). Hay una sensación de paz interior cuando decimos: “El Señor proveerá”, y sabemos que hemos hecho lo que podíamos hacer, ¡Aquello que Él nos ha pedido que hagamos! 

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Adaptado con permiso de APA

¿Hay algún tema que quisieras que abordemos en este blog, o tienes alguna pregunta? Escríbenos, y daremos respuesta en una próxima edición.

Te invitamos a orar por el crecimiento de este ministerio y por que Dios provea los recursos necesarios para seguir sirviendo a su iglesia.

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