Blog

Cambio y verdad

“¡Pero, si tan sólo cambiáramos la estructura de nuestras reuniones, las cosas funcionarían mucho mejor!”;“¡Pero, no se trata de estructuras, sino de la Presencia de Dios en nuestro ministerio!” ¿Te suena familiar? Dos puntos de vista divergentes, reaccionando entre sí. En las iglesias gobernadas por ancianos son comunes las diferencias entre lo que algunos pueden denominar la “filosofía del ministerio”. Están quienes abogan por un liderazgo y enseñanza prácticos, y están los que defienden la verdad doctrinal y la naturaleza espiritual del ministerio; aquellos que propician un ministerio considerado creativo y los que promueven una proclamación directa “estilo conferencia”. Si forzamos al péndulo a oscilar de un extremo a otro, nuestro equipo de liderazgo se desbalancea como un hombre con una pierna más corta que la otra. No importa cuál sea la pierna más corta, el resultado es el mismo: ¡ineficiencia!

Pablo era muy consciente de esta tendencia, por eso probablemente incluyó 1 Timoteo 3:14-16, hablando sobre un liderazgo práctico, en el centro de su carta al joven Timoteo. Claramente el foco de Pablo está en cómo deben conducirse especialmente los líderes. “…te escribo para que sepas cómo debe conducirse uno en la casa de Dios…” (3:15 LBLA). Algunas versiones utilizan la palabra “portarse”. En otras palabras, el resultado práctico de nuestra fe está a la vista. Asimismo, las versiones difieren en cuanto a si Pablo instruye a Timoteo de cómo él debe conducirse o si esta enseñanza es para todos los cristianos. De todos modos, está claro que Timoteo debe enseñar estas cosas a otros (2 Timoteo 2:2).

No nos equivoquemos, la enseñanza práctica de Pablo está arraigada en verdades espirituales tan sólidas como una roca. Para él no era cuestión de decidir entre ser práctico o espiritual, sino en ser ambas cosas. “…que es la iglesia del Dios vivo, columna y sostén de la verdad. E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Él fue manifestado en la carne, vindicado en el Espíritu, contemplado por ángeles, proclamado entre las naciones, creído en el mundo, recibido arriba en gloria” (1 Timoteo 3:15b-16).

Lo práctico

Nota cómo lo práctico está relacionado con la verdad fundamental de que la iglesia local es esencialmente una familia. No es una descripción menor de la iglesia local, según lo percibido en las cualidades de los ancianos, los cuales deben administrar bien sus propias casas. Pues ¿cómo pueden pastorear la casa de Dios si no han demostrado su capacidad en hacer lo mismo con su propia casa? (1 Timoteo 3:4-5, ver también 1 Pedro 4:17, 1 Corintios 3:16). Pablo dice que esto es algo crucial para el buen funcionamiento de la asamblea.

El modelo bíblico no es el de una empresa con un Gerente General, un comité ejecutivo y accionistas. Un líder de una mega iglesia muy conocida afirma que debemos desechar la imagen de “pastor” del liderazgo eclesiástico como una metáfora rural y anticuada, y utilizar el ejemplo del modelo empresarial de un Gerente General. Su razonamiento es que dicho cambio sería altamente relevante a la cultura actual. Pero esto ignora el hecho de que Dios está vitalmente interesado tanto en el aspecto como en la práctica de la “vida de la iglesia”. Somos la iglesia del Dios viviente, no la iglesia de la cultura del siglo XXI, ¡y Dios no cambia!

La vida familiar de un Gerente General tiene muy poca relación con su habilidad de liderar una empresa, pero la vida familiar de un anciano es esencial para el liderazgo de la iglesia, precisamente porque la iglesia local se parece más al hogar familiar que a una empresa. En el momento de evaluar cambios potenciales en las estructuras ministeriales o de liderazgo, una pregunta clave que se debe hacer es: “¿Este cambio propuesto ayuda a que la iglesia sea más como una familia, o que se parezca más a una empresa?”. Otra pregunta sería: “¿Estamos encarando esto como una familia o como una empresa?”. Desde luego, hay actividades de carácter empresarial y de sentido común que pueden ayudar a cualquier grupo a funcionar bien. Ciertamente las familias necesitan algún tipo de estructura y división de responsabilidades; y ¡una empresa requiere mucha estructura! Pero, el modo en que se implementan los cambios termina afectando la naturaleza familiar de la iglesia local. En esto se requiere sabiduría y un profundo conocimiento espiritual; las cosas no siempre son blanco y negro.

Las iglesias locales pueden errar de muchas maneras: pueden estar estructuradas en exceso o en defecto; resultar lideradas por una comisión o por la voz más fuerte; no haciendo nada o haciendo demasiadas cosas a la vez; no produciendo cambios o teniendo demasiados; demasiada innovación o excesiva tradición. Aún en aquellas iglesias gobernadas por ancianos, se perderá la atmósfera familiar cuando el equipo de ancianos se conduzca más como un sanedrín que gobierna, y no como líderes de una familia.

Un ejemplo

¿A qué se asemeja la atmósfera familiar? Recuerdo que, siendo niño, mi padre recibió una oferta para cambiar de empleo. Como esto involucraba a toda la familia, él quiso escuchar la opinión de todos nosotros, incluso de los niños. A causa de las conversaciones que tuvimos, llegamos a confiar en la opinión de nuestro padre respecto a todo lo que ello implicaba. Nos consultó en base a los cambios que sucederían a nuestras vidas individuales. La mudanza implicaría trasladarnos de las maravillosas laderas de Virginia Occidental a la jungla de cemento de Washington, D.C. Luego de mucha interacción, toda la familia estuvo en contra de la mudanza, y en consecuencia mi padre declinó la oferta.

Unos años más tarde, papá tuvo otra oportunidad para ser transferido, esta vez a la isla plena de sol y vientos alisios de Oahu (Hawái), contando con un hermoso oleaje, clima cálido y mucho sol. Nuevamente, buscó la opinión de la familia. La respuesta fue unánime: “¡¿Cuándo partimos?!”.

Mi padre estaba preocupado de cómo sus decisiones podrían afectar a la familia. Nos hacía sentir a cada uno que éramos realmente una parte de la decisión. No presumía “saber” lo que estábamos pensando, aunque estaba bastante seguro de cuáles serían nuestras respuestas. Y, como podrán imaginarse, tenía la habilidad para influenciar nuestro pensamiento por la forma en que nos presentaba las cosas. Es claro que, como cabeza del hogar, él estaba en su derecho de tomar la decisión por su cuenta, pero elegía el camino de la influencia por sobre aquel de una orden para lograrlo. El resultado era que estábamos unánimes como familia y recorrimos el enorme cambio en nuestras vidas con relativa facilidad, y esto durante los años importantes de mi juventud. Esta es la manera en que debería operar una familia. ¡La familia es importante!

Como líderes en la iglesia, ¡la familia de Dios es importante! Todas las decisiones prácticas deben tomarse teniendo en cuenta lo mejor para la familia y con el mayor aporte de todos los involucrados, mientras sea posible. Al final de cuentas, serán los líderes quienes tendrán que responder por la decisión, pero esta manera de tomar una decisión involucra a toda la familia. El liderazgo genuino no se limita a forzar a la gente a ir detrás de otro. Más bien, el liderazgo es el arte de influenciar a otros hacia una meta. Los ancianos precisan la habilidad de un padre amoroso y sabio en el momento de considerar o liderar un cambio.

Lo espiritual

Hemos visto que el liderazgo práctico de la iglesia debe estar condicionado por nuestra comprensión de la iglesia local como una familia. Asimismo, el liderazgo debe estar arraigado en el hecho de que la iglesia es la columna y sostén de la verdad (1 Timoteo 3:15b). El pastoreo de la iglesia local no es una cuestión de conveniencia o lógica humana. Importa mucho la forma en que nos conducimos, porque importa la verdad de lo que es la iglesia. Por decirlo de otra manera, el resultado cotidiano del ministerio muestra cómo se ve la verdad en ropa de trabajo.

La iglesia es custodia y promotora de la verdad de Dios. No estamos aquí para fines secundarios, como construir enormes edificios o grandes congregaciones (al decir secundario, no quiero decir que no tenga importancia, sino que deseo enfatizar prioridades). El énfasis en la verdad no rebaja el aspecto práctico de la conducta de la iglesia, ni minimiza el deseo de Dios de que alcancemos a muchas personas para Cristo. El punto de Pablo aquí es mantener todo sujeto a la verdad. Una buena pregunta para formularse cuando se esté considerando un cambio práctico es: “¿Cómo se relaciona esto con nuestra responsabilidad de custodiar y promover la verdad de Dios?”.

Espera la segunda parte de este blog la próxima semana

____________________
Adpatado de APA

1 Comment

  1. […] nuestro blog anterior iniciamos hablando sobre el cambio y la verdad, y cómo la imagen correcta de la iglesia se ajusta […]

0
    Carrito
    Tu carrito está vacíoVolver a la tienda