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HOMBRES DE VISIÓN – PARTE 2

por Jack Spender

Seguimos tratando el gran tema de la visión en el liderazgo de la iglesia. En la edición anterior vimos la importancia, la naturaleza y la fuente de la visión en la obra cristiana. Un ejemplo en el Antiguo Testamento es el deseo que David tuvo de construir el templo, nos dio algunas lecciones espirituales, tales como la importancia de tomarse el tiempo para considerar las necesidades y oportunidades, para que el pueblo pueda crecer y Dios sea glorificado. Un elemento esencial en esto es comprender la relación entre los principios eternos y los métodos con los cuales son presentados al pueblo.

En esta edición, queremos explorar el tercer punto que podríamos describir como la “envoltura” o contexto en el que opera la vida del cuerpo de la iglesia. Se debe luchar por las doctrinas de la fe y preservarlas, pero deben ser vividas de maneras flexibles y aplicables a la gente.

Una salvedad importante

Aquí es conveniente hacer una importante advertencia. Existe un peligro de pensar que los hombres de visión sólo tratan asuntos elevados, tales como las doctrinas fundamentales o las grandes misiones y los ministerios. Pero en realidad, el tamaño y la importancia externa tienen poco que ver con ello. Los buenos líderes están atentos a las oportunidades y obstáculos de cualquier magnitud en la iglesia que puedan afectar el bienestar de la obra.
Por ejemplo, el daño en algunas partes pequeñas y poco costosas en un automóvil puede impedir que se mueva, así como la pérdida total del motor. No es necesaria mucha pericia para descubrir que falta el motor, pero sí se requiere habilidad para identificar una pequeña pieza que tiene el potencial de inhabilitar todo el vehículo. Lo mismo sucede en la iglesia. Puesto que las doctrinas son ortodoxas y las reuniones son escriturales, los ancianos pueden dar por sentado que los detalles no son importantes, pero esto es un error.

La importancia de la envoltura

En los tiempos de nuestros abuelos, si alguien deseaba comprar harina, iba a la tienda y sacaba cucharadas de un barril. Hoy, todo está empaquetado y es común ver advertencias indicando que el envase ha sido abierto, y por consiguiente el consumidor debería rechazar el contenido por motivos de seguridad. La envoltura puede ser importante. En la iglesia, no debemos pensar solamente en el contenido de la provisión para los creyentes, sino también en los medios o la “envoltura” con el que se presenta. Por ejemplo, un mensaje bíblico puede ser sólido y escritural, pero si los santos no lo pueden escuchar por su falta de relevancia, no es muy provechoso.

El asunto de la relevancia práctica para la gente puede ser la diferencia entre una iglesia que crece y una que avanza penosamente. En beneficio del debate, pensemos en este tema en tres categorías muy relacionadas entre sí, que en conjunto describen cómo la iglesia local se conecta con su gente. Recuerda que no estamos hablando de doctrinas bíblicas o reuniones de iglesia, sino cómo hacemos accesibles a la gente las cosas importantes.

Utilizaré las expresiones “Entorno Físico”, “Clima Espiritual”, y “Función Administrativa”. El espacio nos limita a una breve descripción de cada una, y a unos pocos ejemplos, pero esto debería proveer suficiente ayuda para que los ancianos puedan aplicar las ideas a su obra local. Ten presente cómo se relaciona esto con la visión. Podemos seguir el ejemplo del Rey David que consideró las necesidades del pueblo del Señor y la construcción del templo, y luego pedir sabiduría para identificar y cambiar las cosas que dificultan el crecimiento de las personas en la asamblea, con cosas que les sean más útiles.

Entorno físico

Todos los recursos materiales que utilizamos en la asamblea deben ser evaluados periódicamente para asegurarnos de que funcionen bien, y que sean adecuados para atender las necesidades por las que estamos haciendo uso de ellos. Esto puede incluir elementos relacionados con nuestro sitio de reuniones tales como la calefacción, los asientos, la iluminación, el sistema de sonido, el estacionamiento, los baños, etc. Así como accesorios tales como los himnarios, instrumentos musicales, la cocina, el mobiliario de la guardería, materiales de la biblioteca, etc.

Pero no limitemos la lista a lo que es obvio. Considera las necesidades de la juventud, los mayores, las madres solteras y los cristianos en crecimiento. ¿Sería útil tener disponibilidad de una fotocopiadora para los estudiantes? ¿Hay un botiquín de primeros auxilios bien equipado? ¿Los mayores tienen un buen lugar donde pueden sentarse y descansar? ¿Un visitante puede encontrar el baño u obtener un vaso de agua? ¿De qué calidad son las provisiones de alimentos cuando las usamos? Algunos grupos prefieren que cuando se necesiten refrigerios, éstos sean caseros en lugar de “comprados en una tienda”.

Por supuesto que hay limitaciones financieras y de espacio que deben contemplarse, y la idea no es la holgura o la opulencia, sino que estemos alertas a cómo estimulamos a los creyentes proveyendo un entorno que motive el aprendizaje, el crecimiento y la comunión.

Una idea útil es considerar los cuatro elementos mencionados en Hechos 2:42 que proveen las funciones básicas de la asamblea, y preguntar si cada uno de ellos se está desarrollando en el mejor entorno posible según nuestros recursos. El secreto es dar lugar a que todo esté sujeto a ser evaluado. Recuerdo que hace unos años dirigí unos estudios bíblicos en una hermosa casa que no pudimos seguir utilizado, porque el dueño no hacía nada para impedir que el gato de la familia se paseara entre la gente.

El entorno físico en el que nos reunimos puede ser de recursos modestos, especialmente en algunos campos misioneros, pero podemos recordar que el deseo de David era que la casa del Señor fuese al menos tan linda como la suya. Obviamente, aún las más excelentes comodidades temporales no pueden compensar una doctrina errónea o la apatía espiritual, pero, a pesar de todo, el entorno es importante.

Clima espiritual

Si el entorno físico es importante, el espiritual lo es más. Este término describe la actitud reinante o el “ánimo” que la gente percibe en cualquier reunión grupal. Es verdad que las personalidades difieren entre sí, pero quienes están en el liderazgo deben asegurarse que la norma sea la de un ambiente agradable de reconocimiento y tolerancia amoroso.

De nuevo, es útil pensar detenidamente en las diversas actividades de la asamblea, una por una. ¿Hay libertad para que los hombres jóvenes participen en la Cena del Señor sin recibir una palabra “dura reprensión” de parte de una persona mayor? ¿Los hombres mayores son conscientes que las oraciones largas y los discursos pomposos pueden desmotivar a los más jóvenes a participar? ¿La gente siente libertad de aprender siguiendo su propio ritmo? ¿Existen reuniones informales en donde puedan aprender a orar y servir? ¿Los ancianos enseñan a los creyentes a aceptar el ministerio de la Palabra por parte de hombres jóvenes?

Obviamente, la idea aquí no es una actitud displicente por parte de los ancianos en donde “todo vale”. Es más bien, un recordatorio constante de que la asamblea es una familia y, como tal, es un lugar para personas de todo nivel de madurez. En el hogar, los bebés se alimentan con un biberón y se sientan en sillas altas, pero aun así son miembros muy queridos a la mesa. ¡La gentileza, la gratitud y la tolerancia no son productos del hombre natural!

Este es realmente un tema vasto y los ancianos deben prestarle mucha atención. Cualquier espíritu de amargura, actitud severa o crítica que se tolere, envenenará el clima para el crecimiento espiritual. Las iglesias que poseen una doctrina ortodoxa y un orden escritural de iglesia, pero que fallan en esta área, tendrán la tendencia a declinar y morir. Un estudio cuidadoso de los pasajes de Filipenses 2:1-16 y Efesios 4:1-16 puede ser de gran valor.

Función administrativa

La tercera parte de este paquete por el cual la vida de asamblea se hace relevante a la gente puede describirse con este término. Simplemente se refiere a la manera en que los líderes se comunican con los que son liderados. Es muy fácil dar por sentado que la gente sabe lo que pensamos, queremos decir o hemos decidido, pero en muchos casos no es así. ¿Qué tan claras son las comunicaciones y políticas tradicionales en su asamblea?

Las diversas funciones de lo que denominamos “vida del cuerpo” pueden ser claras y comprensibles o ambiguas y confusas. ¿Por qué hacemos lo que hacemos? ¿Cómo deberían tratarse los problemas? ¿Cómo se toman las decisiones? ¿Se lleva un registro de los asuntos?

Los líderes deben practicar una rendición de cuentas voluntaria a la iglesia. La buena comunicación es esencial para la comunión. Unos simples pasos de franqueza promueven una sensación de seguridad y de pertenencia.

Como ejemplo, considere el problema de la desarmonía matrimonial en una familia de la asamblea y que llega oídos de algunas personas. En un esfuerzo por preservar la privacidad, los ancianos pueden olvidarse de que los rumores muchas veces viajan más rápido que la verdad. Una simple declaración indicando que “los ancianos están en conocimiento de la situación con la familia Sánchez, y aprecian sus oraciones”, no da detalles específicos, sin embargo, transmite a la gente que sus pastores están involucrados.

Conclusión

Años atrás me reunía con un grupo de ancianos que estaban preocupados ante la rápida declinación de su asamblea. Las ideas sugeridas incluyeron parte de este material, y felizmente la asamblea prosperó por la misericordia del Señor, el buen liderazgo y el trabajo arduo de la gente restante. Pero recuerdo que durante la reunión inicial uno de los ancianos se sentó cruzado de brazos y, con el ceño fruncido comentó: “me suena al mundo de las grandes empresas”. ¡Pero no es así!

El hecho es que, toda virtud de orden, de sabiduría, de destreza, pertenece primeramente al Señor, y todos sus caminos son perfectos. Si cualquier negocio o industria ha prosperado, es porque probablemente ha tomado prestados de Dios sus principios de orden, de puntualidad, de honestidad y así sucesivamente. ¡La iglesia nunca debe pensar que el Espíritu de Dios se sacia en la atención a los detalles!

El deseo de David era que el pueblo fuera ayudado a buscar al Señor en todas las maneras posibles, y a un gran costo personal se comprometió con hacer realidad esa visión. Nuestras bendiciones superan ampliamente las suyas. En lugar de solamente enfocarnos en las doctrinas y el orden en la iglesia ¿no deberíamos dar la más alta prioridad a la obra del Señor, y a la importancia de ayudar a que la grey se apropie de estas bendiciones?

 

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Adaptado de Apuntes para Ancianos

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