La cuarta obra de los ancianos es la de proteger la iglesia. Muchos peligros amenazan el pueblo de Dios y pueden afectar o destruir un testimonio local. Aunque nadie disfruta el estudio del mal, es reconfortante saber que cada peligro real que la iglesia pueda enfrentar esta descrito en la Escritura. En un sentido, cada hecho de buen liderazgo protege la iglesia, y cada versículo de la Biblia equipa a los creyentes para la guerra espiritual. ¿Pero qué lecciones generales acerca de la protección de la iglesia podremos considerar aquí? Tres pasajes nos ayudaran.
Cuidar del rebaño
El primer pasaje es Juan 10, que nos da el ejemplo del Señor mismo como el Buen Pastor. Como el verdadero Pastor, su venida fue anunciada a los pastores de su tiempo. Cada anciano debe estudiar su carácter cuidadosamente. Independiente de cualquier habilidad o técnica de pastoreo, tenemos esta gran verdad: “El buen pastor su vida da por las ovejas.” (v. 11). Por ende “nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos” (I Juan 3:16). El pastoreo no es un pasatiempo o una entretención. Es una lucha de vida o muerte.
Aquí también aprendemos acerca de los enemigos del rebaño: el ladrón, el lobo y el asalariado. Se ve que la diferencia entre la oveja y el lobo, entre el pastor y el asalariado no es debido a alguna conducta aprendida, sino que viene de las muy diferentes naturalezas que tenemos dentro. Es hermosamente cierto que las ovejas de Cristo oyen su voz, le siguen y nunca perecerán. Pero sus subalternos somos responsables de salvaguardar la iglesia para que las ovejas puedan aprender a seguir la voz del pastor y llegar a dar fruto a su tiempo.
Aquí también aprendemos acerca de los enemigos del rebaño: el ladrón, el lobo y el asalariado. Se ve que la diferencia entre la oveja y el lobo, entre el pastor y el asalariado no es debido a alguna conducta aprendida, sino que viene de las muy diferentes naturalezas que tenemos dentro. Es hermosamente cierto que las ovejas de Cristo oyen su voz, le siguen y nunca perecerán. Pero sus subalternos somos responsables de salvaguardar la iglesia para que las ovejas puedan aprender a seguir la voz del pastor y llegar a dar fruto a su tiempo.
Defendiendo la comunión
El segundo pasaje importante es Hechos 20. Aquí está la lección de que la iglesia enfrentará peligros, no solo de afuera (como esperaríamos) sino también de adentro. La advertencia apunta a los peligros que pueden no responder a las suaves amonestaciones que hacen parte de la sencilla obra de “sobre ver” (visto en el artículo anterior). Aquí, un individuo (quien puede considerarse un hermano confiado) comienza a dividir a la iglesia al conseguir seguidores personales. El motivo es claro: “para arrastrar tras sí a los discípulos” (v. 30). Muchas veces, el método es un mensaje corrupto. La traducción al español de “cosas perversas” puede sugerir cosas tan malas que carecen de verdad alguna. Pero el participio pasivo hace más referencia a la verdad real que ha sido distorsionada para atraer a quienes conocen algo de la verdad. Temblamos ante las palabras “no perdonarán al rebaño”. Carentes de misericordia, estos pueden hacerse a un lado para observar como una congregación local es vuelta pedazos, todo sin derramar lágrima alguna. El antídoto es dado en palabras tales como “mirad”, “velad” y “recordad.” Pero recordemos que las advertencias con compasión logran más que palabras duras y frías. Pablo daba sus advertencias con lágrimas.
Protegiendo la Familia
El tercer pasaje es Tito 1. Aquí el anciano piadoso utiliza doctrina sana para refutar a quienes en público se oponen o engañan mientras que su conducta en privado subvierte familias enteras. Esta lección es crucial. La mayor parte de los problemas de la iglesia, aun los internos, comienza afuera de la iglesia, muchas veces en el hogar. La familia es el núcleo de la iglesia al igual que de la sociedad. Los ancianos deben ocuparse seriamente de quienes quieren ventajas personales o ganancias al moverse entre el pueblo de Dios. (Tito 1:12).
La mejor defensa
¿Cómo pueden liderar entonces los ancianos ante estas pruebas severas? La respuesta viene de Hechos 20:28 “Mirad por vosotros y por todo el rebaño… para apacentar la iglesia del Señor”. Un ejemplo piadoso, cuidado pastoral para las ovejas y una dieta sana y espiritual son esenciales.
Pero ¡nótese bien! Por temor al peligro, los ancianos no deben permitir que la iglesia caica en un ministerio negativo. Criticar a los grupos o personas mal enseñados no edifica a la iglesia. Debemos hacer como hizo Pablo y encomendar a los creyentes a Dios y a la palabra de su gracia (Hechos 20:32). Las visitas a casas y familias proveen visión invaluable de las áreas de problemas potenciales. Las ovejas que son amadas y cuidadas encontraran más fácil acatar Hebreos 13:17, “Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos: porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose porque esto no es provechoso”.
Que la imagen de pastores guardando sus rebaños tomen un nuevo sentido entre nosotros.
Pero ¡nótese bien! Por temor al peligro, los ancianos no deben permitir que la iglesia caica en un ministerio negativo. Criticar a los grupos o personas mal enseñados no edifica a la iglesia. Debemos hacer como hizo Pablo y encomendar a los creyentes a Dios y a la palabra de su gracia (Hechos 20:32). Las visitas a casas y familias proveen visión invaluable de las áreas de problemas potenciales. Las ovejas que son amadas y cuidadas encontraran más fácil acatar Hebreos 13:17, “Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos: porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose porque esto no es provechoso”.
Que la imagen de pastores guardando sus rebaños tomen un nuevo sentido entre nosotros.
Por Jack Spender
Adaptado de la publicación Apuntes para Ancianos