Pensé en titular este artículo “Los ancianos: hombres de coraje”, y sin duda esto es cierto. Se requiere mucho coraje para servir en un escenario donde uno se enfrenta a “las puertas del infierno”. Se han hecho muchas películas excelentes sobre las guerras mundiales y otras guerras, pero todas tienen una cosa en común; el enemigo es “visible”. Contrasta esto con las fuerzas de las puertas del infierno; ¡son invisibles! No es de extrañar, por lo tanto, la instrucción: “Espera en Jehová; ten valor y afianza tu corazón; sí, espera en Jehová” (Salmo 27:15).

Este es un gran versículo para todos los cristianos, pero es particularmente necesario para los ancianos de la iglesia. Vivimos tiempos oscuros y, a pesar de lo que nos digan los políticos, no podemos esperar que las cosas mejoren. Por lo tanto, vale la pena hacer una breve meditación sobre esta palabra “coraje” (o valentía). ¿Qué es coraje? ¿Por qué es necesario?; ¿De dónde procede y como puede desarrollarse si faltara?

¿Qué es coraje?

La palabra coraje se deriva de una antigua palabra anglo-francesa “coer” que significa corazón. Una definición simple es: “fuerza mental o moral para resistir la oposición, el peligro o la dificultad”. Lo opuesto a un corazón valiente es un corazón temeroso como se ve en la palabra “cobarde”. Perteneciente al corazón, se relaciona con la condición interior o espiritual de la persona. Obviamente, cuanto más oposición, peligro o dificultad deba enfrentar una persona, mayor será la necesidad de un corazón valiente, o corajudo; ¡Seguramente una buena palabra para aquellos que lideran personas e iglesias!

Observa el versículo citado arriba. Si “coraje” indica suficiente fuerza mental o moral para resistir los problemas, entonces la falta de este indicará poca resistencia. Ten en cuenta que no hay referencia a la victoria o al éxito, sino solo a la resistencia; la capacidad de mantenerse firme ante los ataques. Además, debe haber una conexión con la voluntad humana, porque “sé valiente” es un mandato, y Dios nunca nos manda a hacer algo que somos incapaces de hacer. Por último, este versículo nos dice que el coraje puede incrementarse si se espera en el Señor.

Versículos relacionados

Antes de seguir adelante, recordemos un par de versículos que están relacionados con el tema. Proverbios 4:23 dice: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”. El coraje, como todas las demás virtudes, no “aparecerá” mientras estemos inactivos. Necesitamos considerarlo seriamente, para cuidar la condición de nuestro corazón.

Jeremías 17:9 nos dice que “engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso”. No se refiere al corazón no salvo o al corazón del hombre malvado. Un paso hacia la madurez espiritual es aprender la verdad de este versículo. Nuestros corazones son naturalmente perversos según el Creador que conoce “los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12). ¡Cuando nacemos de nuevo, el corazón perverso no dice ‘Adiós’ y sigue adelante! En la salvación, Dios no rehabilita nuestro corazón pecador, sino que crea uno nuevo, el corazón del hombre nuevo en Cristo.

Ahora, con solo estos dos versículos, y existiendo muchos otros, nos enfrentamos a una pregunta interesante. ¿Cómo puede un verdadero creyente, uno con un corazón creado en Cristo Jesús, tener un corazón temeroso, es decir, pusilánime? Con Cristo en nosotros, ¿no estamos viviendo automáticamente por encima del miedo y la pusilanimidad? No, no es así. Una persona, aunque salva, que vive en un mundo caído, confinada a un “cuerpo mortal” y reteniendo un “corazón perverso”, debe acudir a las Escrituras en busca de ayuda. ¿Y qué lee? “confiad [tengan coraje], yo he vencido al mundo” (Juan 16:33). El ser humano, en Cristo, puede mantenerse firme porque puede decir: “no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gálatas 2:20). Maravillosa posición, pero el creyente debe ejercitar la fe para aferrarse a esta verdad de manera práctica. La fe, acompañada del resultado de una experiencia de vida, son esenciales.

Coraje personal

Concluimos entonces que el coraje se adquiere como todas las demás virtudes cristianas.

Lee 2 Pedro capítulo 1, y observa que todas estas admirables cualidades deben ser “añadidas”. Son potencialmente nuestra porción en Cristo, pero es a través de la fe activa que las añadimos. Hebreos 5:14 establece el principio del constante ejercicio práctico, en el desarrollo del carácter.

Esto nos da aliento cuando comprendemos que podemos ocuparnos en el desarrollo de virtudes como el coraje al enfrentarnos incluso a las más pequeñas pruebas y adversidades en nuestro caminar diario. Trabajamos y oramos, pero “esperamos en el Señor”, es decir, dependemos de Él, confiamos en que Él elegirá los medios perfectos y el momento ideal para llevar a cabo Su plan. ¿Cómo sucede esto?

No hay ningún sustituto para aquel tiempo que debemos pasar con el Señor. Al estudiar la vida del Señor Jesús, aprendemos cómo debe ser una combinación de gracia y coraje. Al orar, podemos decirle que hemos hecho todo lo posible en un asunto preocupante, y pedirle que nos muestre si lo que percibimos no es cierto. Podemos pedirle paciencia para esperar Su guía y Su fuerza para actuar con coraje cuando llegue el momento de hacerlo. Incluso podemos confesar nuestro temor natural en enfrentar un asunto difícil. Y, de hecho, ¡necesitamos paciencia! El desarrollo de un corazón valiente se evidencia con el tiempo. “El justo está confiado como un león” (Proverbios 28:1). ¡Es interesante que tanto Josué (Josué 23:6) como David (1 Crónicas 22:21) vinculen el valor con la obediencia a la Palabra de Dios!

Coraje para el trabajo en una asamblea

Cualquier equipo, como un consejo de ancianos, es tan bueno como las personas que lo componen. Las personalidades y los dones espirituales difieren entre los individuos, pero lejos de ser un inconveniente, estas son en realidad una de las fortalezas del liderazgo de la iglesia en el Nuevo Testamento. Por lo tanto, no todos los hermanos tendrán el mismo grado de coraje en las dificultades. Pero ese no es el punto. El punto es que ya sea que un hombre sea un alma dócil y tímida, o tenga una personalidad extrovertida, dentro del grupo no debe haber nadie que le impida tomar decisiones correctas y con una defensa firme por la verdad, sólo porque alguien se sienta incómodo con una confrontación, ya sea con las personas o los problemas. Todo conflicto implica confrontación.

Algunas responsabilidades de los ancianos generalmente se pueden manejar en silencio:

  • Hechos 20:30 – Vigilar el equipo de liderazgo por si surgen hombres peligrosos.
  • 1 Tesalonicenses 5:15 – Velar por (es decir, ‘cuidar’) “que nadie pague mal por mal”.
  • Hechos 11:30 – Asegurarse de que los recursos de la asamblea se administren adecuadamente.
  • Otras responsabilidades más confrontativas:
  • Hechos 15 – Reunirse con otros en el liderazgo para discutir y resolver disputas, especialmente cuando son públicas o abiertas.
  • Tito 1:9 – Emplear la Palabra fiel “para exhortar… y convencer a los que contradicen”.
  • Tito 1:13 – Promover la fe sana “reprendiendo duramente” cuando sea necesario.

En conclusión, podemos ver que la práctica en privado de una posición valiente en asuntos menores nos equipa para una fortaleza de corazón en asuntos más importantes en público. Cualquier anciano que tome estas cosas en serio, dependiendo de (o esperando) la ayuda del Señor verá que su coraje aumentará con el tiempo. Como señalamos anteriormente, esto puede resultar una cuestión de ejercicio personal, pero feliz es aquel hombre que tiene comunión con los miembros del equi­po, con ideas afines para la oración y la rendición de cuentas.

____ Adaptado con permiso de APA

¿Hay algún tema que quisieras que abordemos en este blog, o tienes alguna pregunta? Escríbenos, y daremos respuesta en una próxima edición.

Te invitamos a orar por el crecimiento de este ministerio y por que Dios provea los recursos necesarios para seguir sirviendo a su iglesia.

0
    Carrito
    Tu carrito está vacíoVolver a la tienda