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Ministerio de grupos pequeños – parte 2

¡El gozo es indispensable para la vida cristiana! Juan, el apóstol amado, escribió una carta para promover la comunión sabiendo que el resultado sería gozo (1 Juan 1:3-4). Vale la pena reflexionar en las cosas que mejoran el sentido de comunión. En nuestro número anterior consideramos el valor de los grupos pequeños para la vida de la asamblea, mencionando algunas escrituras que dan el fundamento para esta práctica.

Ahora consideraremos las metas del grupo pequeño en la asamblea. La expresión “grupo pequeño” suele indicar algo propuesto, enseñado y respaldado plenamente por el liderazgo, y no únicamente por un sector independiente que hace sus propias cosas.

Dicho en pocas palabras, la meta principal de los grupos pequeños es la comunión. Donde esté la gracia de Dios, allí habrá presencia de una comunión afectuosa. ¿Habrá, en la mayoría de las iglesias de hoy una necesidad más grande que tener comunión bíblica? Comunión significa que crecemos juntos en las cosas de Dios.

Consideremos nuestras asambleas a la luz de los cuatro aspectos de la práctica continua de los primeros creyentes (Hechos 2:42). Es claro que, históricamente, ellos gozaban de la mejor de la enseñanza bíblica, la doctrina de los apóstoles. ¿Qué puede compararse con el culto semanal donde nos congregamos alrededor de la persona de Cristo, recordándole y adorándole al partir el pan? A pesar de que no todos asisten a la reunión de oración, nuestras asambleas reconocen su valor y apartan tiempo para ella. ¿Pero qué hay de la comunión? Sin ningún apoyo de la Palabra de Dios, se puede creer que es diferente a los otros tres en que no tiene formalidad y que cada persona la debe de llevar a cabo aparte de los demás servicios formales de la iglesia, o quizás en los momentos entre los servicios programados. En algunas iglesias el único tiempo cuándo se menciona la palabra “comunión”, es para describir el tiempo para tomar un café entre los cultos. Un hermano, de edad avanzada, acostumbrado a esta idea, me comentó, “no necesito esta comunión, pues me estoy engordando cada vez más”. Ciertamente dichas actividades tienen un lugar, pero ¿es eso todo en cuanto a la comunión? ¿Cuándo fue la última vez que oyó hablar de una “reunión de comunión”?

Considera por un momento la esencia de cada uno de estos cuatro aspectos. La doctrina de los apóstoles nos enseña que Dios habla con autoridad a Su pueblo congregado. En la cena del Señor, confesamos que Cristo es central y digno de toda adoración. En cuanto a la oración, ponemos de manifiesto nuestra dependencia de Dios. ¿Pero cuál es la esencia de comunión? La importancia de las relaciones unos con otros. No era por medio de creencias correctas que los hombres iban a reconocer a los discípulos de Cristo, sino por medio de su relación afectuosa unos con otros (Juan 13:35). Vemos que esta es una debilidad en muchas iglesias. Las doctrinas pueden ser correctísimas, pero las relaciones pueden necesitar ayuda. ¡De ahí la necesidad de los grupos pequeños! La relación entre creyentes en la vida de la iglesia. Cualquiera que sea el formato, la meta es fortalecer relaciones, primero para con el Señor y luego con los demás santos.

En lo específico, los ancianos deberían considerar con mucha oración cómo proveer una estructura informal que atienda a las necesidades del pueblo.
Las siguientes son algunas sugerencias para estimular la discusión. Un grupo pequeño es:

  1. Un espacio donde los individuos pueden conocerse con honestidad y confianza.
  2. Un espacio no sólo para orar, sino para aprender a orar (Lucas 11:1).
  3. Un espacio no sólo donde uno puede comunicar, sino donde se aprende a comunicar.
  4. Un espacio donde se puede compartir lo que se ha descubierto en la Palabra de Dios.
  5. Un espacio para conversar sobre el mensaje predicado el domingo anterior, hacer preguntas, y hablar de las implicaciones y aplicaciones prácticas de las verdades aprendidas (Hech.17: 11)
  6. Un espacio donde unos pueden llevar las cargas de los otros (Gálatas 6:2)
Sería bueno hacer estudio sobre la frase “unos con otros”, mencionada más que cien veces en el Nuevo Testamento, es material abundante para comunión bíblica. Tales actividades son necesarias para los creyentes jóvenes entre nosotros, y la experiencia ha demostrado que algunas de las más ricas bendiciones han llegado también a hermanos de más edad.

También hay otras metas. Los grupos pequeños promueven responsabilidad, un espacio para preguntar cómo está nuestra lectura a solas con el Señor por las mañanas, algo por lo que se puede pedir oración. Alguien puede compartir acerca de cómo le va a testificar a su vecino. Los grupos pequeños ayudan a preparar a los futuros ancianos y líderes. Un hombre que puede pastorear un grupo de ocho personas está siendo preparado para pastorear a 200. Al descentralizar el cuidado pastoral extendiéndolo entre los líderes de grupos pequeños, se reduce la carga de los ancianos. También pueden atender a las necesidades más serias de la asamblea y entregarse a la oración y ministerio de la Palabra (Hech.6:4). Una meta importante de los grupos pequeños es la de evangelizar. Los vecinos que no quieren ir a la “iglesia” probablemente acepten una invitación a la casa de su vecino para pasar un tiempo informal tomando una taza de café. Esto puede ser la semilla de otra iglesia local en el vecindario (veremos más sobre esto en el próximo artículo de la serie).

Los beneficios resultantes de una comunión fortalecida, para las familias, los padres y los hijos, y los mismos hermanos, no tienen límites. La comunión verdadera anima la unidad. Cuando hay división, esto sólo demuestra que la comunión ha sido simplemente superficial.

Quizás hay quienes prefieran otros métodos para asegurar profundidad y salud en la comunión, especialmente en asambleas pequeñas, pero, para las congregaciones en crecimiento, la clave de una relación saludable puede estar en tener un dinámico ministerio de grupos pequeños. De hecho, lo que atrae a muchos a diversos grupos carismáticos no son las diferentes doctrinas de dones y del Espíritu Santo sino su comprensión y entrega a la importancia de una relación amable y saludable entre hermanos que adoran juntos.

En el próximo artículo trataremos de dar unas sugerencias de cómo implementar con un plan realizable.

 
By Jack Spender

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