por Eduardo Nieto
En nuestro blog anterior estuvimos viendo algunas lecciones en torno a la multiplicación del liderazgo desde la perspectiva de David al final de sus días y de Elías. Puedes ver nuestro blog anterior haciendo clic aquí.
En el blog de hoy estaremos mirando otras dos perspectivas en cuanto a la multiplicación del liderazgo, comenzando por Moisés y Jetro y luego viendo el ejemplo de Pablo con Timoteo. Moisés y Jetro – si no delegamos, desfalleceremosDespués de la asombrosa manera en la que Dios sacó a Israel de Egipto, y poco después de haber cruzado el Mar Rojo, en Éxodo 18 vemos que Moisés recibió en el campamento una visita muy especial. Su suegro Jetro venía a él junto con la esposa de Moisés y sus hijos, quienes al parecer habían estado hospedados en casa de Jetro por algún tiempo. Parte de lo que motivó esta visita fueron las noticias que Jetro había recibido respecto a las cosas que Dios había hecho con Moisés en Egipto. Recordemos que Moisés había conocido a Jetro unos cuarenta años atrás cuando había huido de Egipto. Jetro lo había recibido en su casa y le había dado a su hija, Séfora, por mujer. Así que estos dos hombres, Moisés y Jetro, no eran desconocidos, tenían una relación cercana y sin duda la visita de Jetro fue de ánimo para Moisés. En el relato de Éxodo 18 encontramos que Jetro era un hombre piadoso que reconoció y adoró al único Dios verdadero y tras haber escuchado las maravillas que Dios había hecho al sacar a su pueblo de Egipto, expresó su adoración en los versículos 10 y 11 de Éxodo 18: Entonces Jetro dijo: “Bendito sea el Señor que los libró de la mano de los egipcios y de la mano de Faraón, y que libró al pueblo del poder de los egipcios. Ahora sé que el Señor es más grande que todos los dioses. Ciertamente, esto se probó cuando ellos trataron al pueblo con arrogancia”. Y Dios usó a Jetro para ayudar a Moisés en un punto muy crítico de su ministerio. Al día siguiente de su llegada vio que Moisés debía pasar todo el día sirviendo de juez para el pueblo. En este punto no había pasado mucho tiempo desde que habían salido de Egipto, y la realidad es que el pueblo necesitaba la intervención de líderes o jueces que les ayudaran a resolver sus asuntos. Pero, ante una nueva estructura social, el único líder visible para estas tareas resultó ser Moisés. Jetro no tardó en identificar el problema y también supo aconsejar sabiamente a Moisés para darle una solución. Prestemos atención a las palabras de Jetro cuando abordó a Moisés. Al ver lo que sucedía le preguntó de qué se trataba todo esto, y Moisés en cierto modo dio a entender que no podía hacer más, el pueblo lo buscaba a él para eso, y él era el único que podía hacerlo, pero la respuesta de Jetro fue muy útil en su momento para Moisés y también lo puede ser para nosotros, dicen los versículos 17 y 18: El suegro de Moisés le dijo: “No está bien lo que haces. Con seguridad desfallecerás tú, y también este pueblo que está contigo, porque el trabajo es demasiado pesado para ti. No puedes hacerlo tú solo”. En estas palabras podemos identificar un primer elemento al que debemos prestar atención: No está bien ser los únicos en el ejercicio del liderazgo.Esa es una posición peligrosa. Siempre necesitamos contar con otros hermanos para apoyarnos y para rendir cuentas, estamos desprotegidos cuando ejercemos solos el liderazgo, necesitamos apoyo, consejo y la supervisión de otros. Si estamos en una posición así, recordemos las palabras de Jetro “no está bien lo que haces“. Además, estar solos en el liderazgo allana el camino para agotar nuestras fuerzas y afectar a la grey de Dios. Desfalleceremos nosotros y los hermanos a quienes servimos si nos permitimos estar solos en el liderazgo, el trabajo es demasiado para una sola persona, no podemos hacerlo solos. En este consejo encontramos otros tres principios muy útiles para nosotros hoy. No dejemos de enseñar por atender otros asuntos (v. 20).Moisés debía seguir enseñando al pueblo las ordenanzas, las leyes y mostrándoles el camino por donde debían andar, lo que debían hacer. En lugar de ser juez en todos los asuntos del pueblo, debía enseñar al pueblo a seguir la instrucción de Dios. Esta era una corrección preventiva de problemas futuros. En la iglesia actual muchos problemas y muchas sesiones de consejería se pueden evitar si enseñamos fiel y oportunamente de la palabra de Dios. Seamos fieles instruyendo a la grey del Señor, enseñándoles el consejo de Dios con amor, siempre velando por su bienestar. Debemos delegarEl trabajo de juez sería delegado a un buen número de hombres, los cuales, según sus capacidades y asignación, servirían todo el tiempo como jueces del pueblo. Esto aliviaría la carga de Moisés, pero más que eso, evitaría que Moisés desfalleciera o se le agotaran las fuerzas, y también traería orden y tranquilidad al pueblo. No tengamos miedo de delegar. La Palabra de Dios nos enseña muy bien cómo hacerlo y siempre es una protección para nosotros y para la iglesia. Por otra parte, adoptemos la disciplina de delegar constantemente, no esperemos mucho para hacerlo. De hecho, es una de las mejores maneras de ver el carácter de otros hermanos y ver su disposición a servir. Podemos comenzar por delegar tareas pequeñas, y poco a poco podremos ir viendo qué hombres son dignos de más confianza y de mayores responsabilidades porque son fieles en lo poco. A quiénes debemos delegarEn el versículo 21 vemos las cualidades del carácter que debían tener los hombres que servirían de jueces entre el pueblo. Debían ser virtuosos, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrecieran la avaricia. Esta descripción es muy útil en la iglesia hoy. Los ancianos, pastores o líderes de la iglesia, deben ser hombres de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrecen la avaricia. Cuando se trate de delegar, prestemos atención al carácter de los hombres en quienes vamos a delegar responsabilidad, los que exhiban estas cualidades en sus vidas, son hombres dignos de confianza. Muy temprano en el ministerio de Moisés, Dios usó a Jetro para darle una buena lección, y Moisés hizo bien en seguir el consejo de su suegro. Vio que era esencial delegar y aprendió cómo hacerlo. Qué buenas lecciones y principios para la iglesia de hoy. Otra perspectiva en torno a la multiplicación de liderazgo está en el ejemplo que tenemos de Pablo con Timoteo. Pablo y Timoteo – comencemos lo más pronto posibleLa cuarta perspectiva que deseo mencionar es en torno a Pablo y Timoteo. Seguramente tenemos presente la historia de Pablo con Timoteo. Hechos 16: 1 – 3 relata el momento cuando Pablo lo identificó y lo tomó para el ministerio. Pablo se encontraba en su segundo viaje misionero, es decir que ya había estado trabajando por un buen tiempo en la proclamación del evangelio y el desarrollo de iglesias. Sin duda, en ese punto de su ministerio Pablo ya era consciente que era importante capacitar a otros, en especial entrenar a su reemplazo. Él no esperó a envejecer, ni tampoco esperó a sentirse solo, sino que empezó a trabajar en el proceso de multiplicar el liderazgo. Ese proceso podríamos verlo en tres etapas: 1- Dar ejemplo de fidelidadAntes de capacitar a otros, los líderes deben ser fieles y realizar bien la tarea, deben ser ejemplo. En 1 Corintios 9: 26, 27, Pablo dice lo siguiente: Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. Pablo fue testimonio de fidelidad y de entrega apasionada al servicio de la obra del Señor, su testimonio le daba suficiente respaldo y autoridad para capacitar también a otros. 2- Capacitar a otros para el liderazgo.En Hechos 16: 1-3 vemos cuando Pablo conoció a Timoteo y vio que él tenía el potencial necesario para ser un obrero efectivo en la obra, de modo que no dudó en incluirlo en su equipo y en 1 Corintios 4: 11 – 13 vemos el tipo de entrenamiento que recibió Timoteo: Hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados, y no tenemos morada fija. Timoteo compartió de cerca con Pablo lo agradable y lo desagradable del ministerio, y si vemos tres versículos más adelante (1 Corintios 4:17) encontramos esto: Por esto mismo os he enviado a Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os recordará mi proceder en Cristo, de la manera que enseño en todas partes y en todas las iglesias. Timoteo había participado en lo más arduo del entrenamiento y estaba capacitado para encargarse de tareas más complejas, lo cual nos lleva al siguiente punto. 3- EncomendarLos líderes deben encomendar a los que han capacitado para que den continuidad al ministerio. Según este último versículo, el encargo de Pablo a Timoteo eran tareas cortas y puntuales, debía recordar a la iglesia de Corinto cómo se había comportado Pablo entre ellos y en otras iglesias. En 2 Timoteo 4: 1 -5 encontramos a Pablo encargando a Timoteo la continuación del ministerio: Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Pablo primero realizó bien la tarea, siendo ejemplo, siguiendo a Cristo, trabajando incansablemente, y en el proceso, tuvo la intención de levantar a otros hombres e invirtió en ellos, ese fue el caso con Timoteo, a quien tomó por discípulo, lo llevó consigo a pesar del costo que pudiera representar, invirtió tiempo mostrándole cómo se hacía el ministerio, le dio oportunidades de servicio, y finalmente lo encomendó de manera específica y solemne para la obra. Tengamos muy presente que nuestro trabajo se extiende no en la medida de nuestras fuerzas sino en la medida de las fuerzas de quienes nos suceden. Si somos efectivos en entrenar a otros, somos efectivos en el ministerio, de lo contrario nuestro alcance se limitará a nuestras fuerzas y éstas se agotan rápido. No perdamos de vista esta parte importante de nuestro ministerio, esforcémonos por entrenar a obreros que estén en plena capacidad de seguir con la tarea cuando ya nosotros no podamos hacerlo. Consideremos estos consejos, estudiémoslos a fondo y procuremos ponerlos en práctica. Photo by Dylan Gillis on Unsplash |